Serie: Sky Fall [Libro 1 y 2] - Shannon Messenger

1. Let the Sky Fall

Sinopsis

Vane Weston debería haber muerto en el tornado de categoría cinco que mató a sus padres. En cambio, se despertó en un montón de escombros sin recuerdos de su pasado, excepto uno: una hermosa chica de cabello oscuro parada en el viento. Ella recorrió sus sueños desde entonces y él se aferra a la esperanza de que ella sea real.

Audra es real, pero no es humana. Ella es una sílfide, un elemental de aire que puede caminar sobre el viento, traducir sus seductoras canciones e incluso convertirlo en un arma. Ella también es una guardiana, la guardiana de Vane, y ha hecho un juramento de protegerlo a toda costa.

Cuando un error apresurado revela su ubicación al enemigo que asesinó a sus familias, Audra tiene solo unos días para ayudar a Vane a desbloquear sus recuerdos. Y a medida que los vientos de la tormenta se arremolinan, Audra y Vane comienzan a darse cuenta de que el mayor peligro podría no ser que los guerreros vengan a destruirlos, sino el romance prohibido que crece entre ellos.

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2. Let the Storm Break

Sinopsis

Vane Weston está embrujada. Por el abrasador tirón de su vínculo con Audra. Por las mentiras que le han dicho para encubrir su desaparición. Por los vientos traicioneros que se cuela en su mente, intentando atraparlo en sus peores pesadillas. Y a medida que sus enemigos se vuelven más fuertes, Vane no sabe cuánto tiempo más podrá aguantar solo.

Pero Audra sigue huyendo. De su pasado. De los Gales. Incluso de Vane, a quien no cree merecer. Y cuanto más huye, más peligro encuentra. Posee el poder secreto que su enemigo anhela y protegerlo podría ser más de lo que puede manejar, especialmente cuando descubre el arma más nueva de Raiden.

Con Gale Force debilitada por ataques recientes y el poder de cuatro colapsando, Vane y Audra se ven obligadas a tomar una decisión: seguir confiando en los vientos fallidos o recurrir a las personas que los traicionaron antes. Pero incluso si sobreviven a las tormentas enviadas para destruirlos, ¿les quedará algo a qué aferrarse?

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